Waoooo Luis... Gracias!!!

Anónimo dijo...

Voy a materializar mi testimonio con relación a la pregunta, por demás inquietante: ¿puedo dejar la Insulina? Pués bien, voy a contar mi experiencia personal dejando constancia que no pretendo generalizar ni hacer de ella un dogma que sea de obligatoria certeza para el restos de los colegas diabéticos. En enero de 1991 fui declarado Diabético tipo II; de inmediato supe que no moriría solo ya que ella estaría conmigo a partir de ese momento y por el resto de mis días. A finales de 2008 me incorporé a un programa piloto para el uso de un medicamento, específicamente un "mimético" de Insulina; fracasé en el programa y ello me condujo a tener que comenzar a usar Insulina de verdad dos veces al día (desayuno y cena) y con aumento de las dosis casi todos los meses. Estoy seguro que algunos entenderán lo que voy a decir: el uso de Insulina amargó mi vida diaria hasta el punto de fastidiarme la ingesta de alimentos sólo por no inyectarme. En el segundo semestre de 2009 ya estaba cansado de vivir inmerso en un círculo: insulina-dieta-gordura-más insulina-más dieta-más gordura y así sucesivamente hasta llegar a 132 kilogramos de peso, nada agradables ni fáciles de llevar encima todos los días y ante la recomendación de algunos amigos, asistí a la consulta profesional de Ludwig con la intención de dejarme guiar por un profesional que hiciera el milagro de lograr hacerme rebajar de peso. En esa consulta mi vida cambió radicalmente. Dicen que los caminos, los tiempos y los regalos de Dios son perfectos y llegan. Luego del saludo formal, la pregunta de él fue: ¿hola Luis, en qué te puedo ayudar? En ese momento supe que estaba en el lugar preciso y con la persona indicada, mi respuesta no fue tan decente como su pregunta, le dije: "estoy xxxxxxx de esta gordura". Luego de contarle mi situación, me dijo esbozando una sincera sonrisa:"A partir de hoy mismo eliminas la Insulina de tu vida". Debo confesar que estuve a punto de salir corriendo, pero el sobrepeso no me lo permitía; así que me quedé con el correspondiente susto y a la espectativa de escucharle decir otra indicación que me diera la fuerza suficiente para correr. Al final de sus comentarios, reflexiones, indicaciones, consejos, justificaciones y argumentos, me preguntó:¿tú crees en mí? qué se puede responder cuando las piernas no te dan para huir? Respondí "si" y llegué a mi casa con la sensación de que tomaría la última cena (con Insulina) y que debería llamar a mis seres queridos para despedirme: el pensar que no usaría Insulina me daba la idea de sufrir un coma diabético y perdería peso entre el forense y la cremación. A partir de octubre de 2009 y hasta el presente (21-02-10) no uso Insulina, mis hipoglicemiantes orales han sido rebajados al mínimo, aprendi a comer, levo una vida normal, he perdido más de 12 kilogramos de peso, más de 6 centímetros de cintura, conservo toda mi integridad física y en cuanto a la líbido, ni contarles para evitr un colapso telefónico; tengo contraindicadas las pastillitas azules o rosadas bajo la interrogante ¿para que le vas a poner gasolina al tanque, si esta full? En mi caso, haber eliminado la Insuliina de mi vida me ha cambiado la misma hacia mejor. Claro, no es sólo eliminarla, es también tener de aliado, de amigo preocupado y que comparte contigo tus adelantos y te anima a seguir adelante, a una persona tan especial, sencilla y humilde como Ludwig; mis idas a su consulta representan ir a saludar a un amigo que te pone la mano en el hommbro y te anima a continuar. Mi meta es quitarme 20 kilos más y al lograrlo, me verán en venta en Mercadolibre.com Por favor, hagan el intento; no van a perder nada: si no lo logran volverán al punto de partida; si lo logran el cambio de vida y la sonrisa de Ludwig, valdrá la pena. Es auténtico (lo certifico cual sorteo de lotería): Luis Daniel Ortiz